Tuve el placer de ir en un Cuda 12 a principios de junio de 2016. Esta era mi segunda vez en kayak, y me sorprendió lo fácil que era de manejar. Su asiento, al ser acolchado fue más cómodo de lo esperado, estuve en el agua durante dos horas, y el tiempo se me pasó volando. Recuerdo que el kayak se mantuvo muy estable cuando un barco de motor pasó por nuestro lado. ¡Tengo muchisimas ganas de volver a remar con el!